PROPAGANDA, SUBLIMINALIDAD, CONTROL SOCIAL Y DOMINACIÓN

El espíritu humano es menos autónomo de lo que nosotros creemos. Una persona dormida y sometida a oír, inconscientemente, un mensaje en un número significativo de repeticiones, terminará adoptando las ideas o conocimientos que estuviesen contenidos en el mensaje.

Peor que lo anterior, una línea de acción o una propuesta de vida presentada en los medios audiovisuales, aún cuando nos alcance en nuestro estado consciente, si es repetida en forma sistemática se cristalizará al interior de nuestra conducta y valores.

Esto, para usted, amigo intelectual que me lee, implica que el ser humano está inerme frente a las tácticas de concientización subliminal. Muchas de "nuestras" ideas son en verdad las ideas que otros pensaron para nosotros. Otros que, sin la menor duda, obtienen provecho de la colocación en nuestros humildemente semi autónomos órganos cerebrales. La propaganda es el enemigo interno. La nueva conceptualización de la entidad que es el ser humano y la sociedad humana debe tener en consideración este hecho de gravedad. Este fenómeno debería pertenecer, según esta nueva conceptualización, al paquete básico de "hechos generalmente aceptados", es decir, de "verdades universales" del saber humano, tanto en el ámbito académico como en el vulgar.

Por el momento, sin embargo, el público general no conoce estos canales altamente eficaces de concientización, y es un hecho que incluso la comunidad académica también es ignorante de estas posibilidades de influencia. Todo lo cual no implica que ellas no existen, de ninguna manera. Aparte de su seguro servidor, los organismos de inteligencia de cada país en este planeta son felices poseedores un menú rico en estrategias de alcance invisble sobre las mentes de las masas.

Sabido es que, al tratar con grandes agregados de personas, el término CONTROL surge veloz y espontáneamente. Este factor a veces incluso se traduce en uno de mayor poder, conocido como DOMINACIÓN. La diferencia entre uno y otro es, pues, de intensidad, pero también comporta esta distinción un elemento de necesidad y funcionalidad. Me explico: el control es necesario, la dominación no. Todo organismo de inteligencia ("inteligencia" es un sinónimo de "invisible", pues etimológicamente inteligencia es "ver entre" lo visible, es decir, ver más allá de lo obvio y evidente, y lo subliminal es también invisible por estar bajo los "límines" o umbrales de percepción humana) apelará a la concientización por propaganda. El problema es que sus poderes de manipulación de mentes son tan grandes que seducen y derivan en la adopción de una posición dominadora. El simple controlador (digo esto a riesgo de parecer reiterativo) se troca en todopoderoso dominador. La línea de división es muy tenue, y puede ser imperceptible hasta para los miembros del servicio de inteligencia, aunque, ciertamente, si éstos la perciben no serán de ningún modo quienes hagan pública esta circunstancia.

¿Cómo se consigue relizar este control? El dinero lo arregla todo. Y el Estado tiene dos fuentes de ingresos: la riqueza fiscal junto a las entradas por impuestos, que corre paralela a las ventas y cobros de favores a los grupos económicos. Para no mencionar la propiedad de estos mismos grupos sobre enormes complejos e infraestructura de medios de comunicación (medios de influencia, más bien).

Actualmente, la manipulación de la información y de las propuestas de entretenimiento en la televisón peruana es clarísima. Los programas de noticias dan versiones sesgadas de hechos políticos cotidianos, mientras que ofrecen descripciones muy detalladas de trivialidades, como la vida de las estrellas del espectáculo, anécdotas urbanas (tipo "seres de la noche") o reportajes sobre colonias nudistas. Los debates entre conocedores de temas políticos son sospechosamente predecibles e insustanciales. Los alcances televisivos de complicadas tramas políticas son presentados bajo enfoques pseudo imparciales, pero claramente inclinados a proteger la posición del interesado dominador. El entretenimiento televisivo, por su parte, está orientado a destruir la autoestima del pueblo, indicando a éste que no debe aspirar en la vida más que a convertirse en un travesti escandaloso o una "dama" de callejón asidua a los chismes y a "broncas" cuerpo a cuerpo de alto calibre. Eso encaja en lo conocido como "estupidización" otro "concepto nuevo" aunque el término lo recuerdo como ya mencionado a comienzos de los años ochenta. "Divide y reinarás" se traduce en el contemporáneo "Estupidiza y dominarás".

Estas lamentables prácticas de la propaganda, la influencia subliminal y la estupidización son las que garantizan que el resultado de un proverbial juego de ajedrez entre el Estado y la oscura cuasi mafia económica, en una esquina, y el desorientado, ingenuo, inocente, católico, esperanzado y debilitado pueblo, en la otra, deje preveer un inmoral pero efectivo vencedor, no sólo en el corto plazo sino en el pasado reciente y, para mal nuestro, también en el presente.

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